13/3/17

Sedentarismo y obesidad, van de la mano

Sedentarismo y obesidad, van de la mano

La visión darwiniana: comer para moverse y moverse para comer: Dr. José Campillo

cronica.com.mx

En las sociedades desarrolladas, las llamadas enfermedades de la opulencia, como el colesterol, la diabetes o la obesidad, afectan a gran parte de la población mayor de 40 años y, en los últimos años, están amenazando a nuestros hijos.

Lo anterior se acrecienta porque se come en exceso y existe mucho sedentarismo, lo que genera esas enfermedades, expresó el Doctor José Enrique Campillo Álvarez, Doctor en Medicina por la Universidad de Granada, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Extremadura, España y experto en Medicina Darwiniana o Evolucionista.

La Medicina Darwiniana entiende la enfermedad como el resultado de un choque entre nuestro diseño evolutivo paleolítico y el uso que hoy hacemos de ese diseño en las sociedades opulentas en las que vivimos.

El doctor José Enrique Campillo Álvarez, autor de diversos libros, entre ellos El Mono Obeso, ha analizado el papel que juegan nuestros genes en el desarrollo de las enfermedades y explica que muchas de estas dolencias proceden de la incompatibilidad entre el diseño evolutivo de nuestro organismo y el uso inadecuado que de él hacemos.

“El conocimiento de nuestra evolución es esencial para comprender los cambios ocurridos en la alimentación de nuestros antepasados y las adaptaciones metabólicas que tuvieron que superar”, agregó.

Hay factores genéticos que influyen. Por ejemplo, continuó, en México y Estados Unidos hay comunidades étnicas con cargas genéticas específicas, como los Pimas, que habitan la Sierra Madre Occidental. “Sucede que el 80 por ciento de los Pimas asentados en Estados Unidos tienen obesidad, debido a que comen mucho y son sedentarios, mientras que sólo el 20 por ciento de los que habitan en México tienen obesidad, debido a que por las condiciones orográficas en que habitan, deben moverse mucho y hacen necesariamente ejercicio”.

Ya sabemos que la obesidad en México afecta al 70 por ciento de la población, es decir 7 de cada 10 personas, y crece anualmente 2 por ciento, explicó. Sabemos que es más frecuente en adultos, a partir de los 30 años, y que actualmente destaca el importante aumento en los niños, pues uno de cada 5 tiene sobrepeso u obesidad.

“Se debe mirar la enfermedad, el hecho y su tratamiento, desde una perspectiva evolucionista. Hay que encontrar el camino para hacer las paces con nuestro diseño y conseguir que los genes de la era prehistórica y nuestras formas de vida actuales estén en armonía para poder gozar de una vida más saludable y, posiblemente, más larga y feliz”.

Las consecuencias de la obesidad son múltiples e impactan la productividad y la calidad de vida. Causa problemas ortopédicos, problemas metabólicos, aumento del colesterol, diabetes, presión arterial alta, problemas en el hígado, problemas respiratorios durante el sueño, bajo rendimiento escolar y/o laboral, aislamiento, discriminación y baja autoestima, provocando además un importante gasto en salud.

La epidemia de obesidad y sobrepeso que afecta a la población mexicana, debe combatirse con acciones integrales, con el uso de tratamientos siempre recomendados y prescritos por parte de profesionales de la salud, que incluyen, entre otros, nutrición, terapia física, terapia del comportamiento, farmacoterapia, cirugía bariátrica y dispositivos electrónicos, explicó el Doctor José Enrique Campillo Álvarez.

Destacó que el empleo de medicamentos, bajo supervisión médica, es necesario en toda acción encaminada a perder peso.

Está documentado que a menor nivel educativo mayor grado de obesidad, y que eso impacta más a las mujeres que a los hombres, según se observa en la siguiente gráfica:

Por último dijo que debemos hacer un serio esfuerzo educativo, comenzando con los niños desde la Primaria: “enseñarles lo que es una adecuada nutrición y otras medidas higiénico-dietéticas que les permitan desarrollar hábitos saludables, conocer los contenidos de los alimentos, pues es el factor más importante que determina la salud”.

También debe impulsarse un programa educativo que les facilite a los profesionales de la salud entender que la obesidad y el sedentarismo son la base de las enfermedades opulentas que hoy nos afectan severamente y que debemos regirnos por la ecuación “comer para moverse y moverse para comer”.

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